Sin dudas, de todos los lugares pensados para descubrir, la Isla de Holbox fue nuestra mejor elección.

Nuestro punto de partida fue Playa del Carmen, trasladándonos en bus con ADO, la empresa que realmente te permitirá llegar a muchos lugares del caribe mexicano. En este caso, y luego de aproximadamente 2 horas de viaje, el punto de llegada sería Chiquila, en donde debíamos tomar el ferry para llegar a la isla.

 

La isla Holbox se encuentra al norte de la península de Yucatán de México, en el estado de Quintana Roo.

Llegar hasta sus calles de polvillo y recorrerla en bicis, una y otra vez, de día y de noche, fue uno de los mejores regalos que nuestros viajes nos pudieron dar.

 

Lo más pintoresco de Holbox son sus puestas de sol, que cervecita de por medio, harán de los atardeceres durante tu estadía, momentos inolvidables.

 

Otra opción de movilidad son los carros de golf, que te permitirán desplazar fácilmente, pero no podrás llegar a tantos lugares como con una bicicleta.

Si bien las distancias en bici requieren de más paciencia, los paisajes y recorridos que verás te lo harán mucho más placentero. Puedes tomar por el camino hasta Punta Mosquito, o en dirección opuesta llegar hasta Cayo Coco y disfrutar de una playa serena y bellísima.

 

Celebrando la ausencia de automóviles, recorrimos sus calles decoradas por paredes con murales llenos de coloridas historias. Nos relajamos en sus pacificas playas, disfrutamos de sus bares con gran identidad isleña, la calidez de su gente que vive del turismo, pero que no deja de estar atenta al desarrollo y al crecimiento casi desmedido de este lugar, que se convirtió en un gran paraíso para el turismo.

Por la noche, una opción brindada por la naturaleza, es presenciar un espectáculo inolvidable de luces de colores: la bioluminiscencia. Un fenómeno por el cual el plancton marino produce luz. Para poder verlo debe haber total oscuridad, por lo cual no se aconseja durante luna llena, ni en meses como junio, julio y agosto.

Este gran espectáculo lo disfrutamos con nuestra nueva amiga viajera, que provenía de Francia con su mamá, Sabah Sa, a quien siempre recordamos.

Y para que nuestra estadía fuera perfecta, tuvimos la suerte de coincidir en un atardecer de playa, con Rodrigo de la Serna. Si, el gran actor argentino reconocido a nivel mundial con quien, cerveza de por medio pudimos charlar.

Y por si alguno lo duda, te podemos asegurar su gran calidad de persona, su amabilidad y la buena onda que tiene para con la gente.